El Dr. Eduardo Jenner, médico rural inglés, dedicado a investigar el tema, el 14 de mayo de 1796 inoculó a un niño gotas de secreción recogida de una pústula vacuna (viruela de vacas) de la mano de una mujer que se había infectado durante el ordeñe. El primero de julio siguiente inoculó de nuevo al pequeño, esta vez con pus procedente de una persona enferma de viruela. Este quedó indemne, lo cual demostró la acción profiláctica de la inoculación contra la viruela humana. Su método se extendió por toda Inglaterra y pasó al continente
14 Primera Aplicación de la Vacuna contra la Viruela
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